1.02.2011

Renacimiento

Me he despedido de rincones, de cariños, de mimosas.
De recuerdos, de noches, de fragancias, de baúles ocultos y que ocultos languidecerán.
Me he despedido del azul, de los caracoles y de algunas puestas de sol.
De esa costra pegada a mí, de ese agujero negro que es mi yo heliocéntrico, de lo fácil, de lo difícil.
Me he despedido de las hadas del agua, de los bosques en tinieblas, del mar-y-cielo agotados.
Y ahora, solo queda la vida, el latido esencial de los limpiabotas, de los músicos ambulantes, de la inesperada magia latente en las calles y en esos rostros esculpidos con cinceles calientes: observo por un agujerito de mi mano el sol salir, abrirse paso entre las hojas de palma y los animales de la noche.

Alborada del segundo día de 2011

3 comentarios:

Elizabetta Puig dijo...

!!Odio las despedidas!!.....Las odio con toda mi alma.... es lo único (material e inmaterial) capaz de despertarme ese sentimiento...lo aplazo, me resisto...y me hago mil preguntas que no corresponde a un carácter tan abierto al descubrimiento y la evolución continua como es el mio....Así que yo,..nunca me despido...sencillamente, permanezco siempre por si los demás necesitan volver a mi ....para ver amanecer de nuevo...

Un saludo
Elizabetta

Unknown dijo...

mmmm Simplemente muacksssss

Madison dijo...

Hermosos sentimientos, bellas palabras...