Cuadrados, insignes y alabeados,
caminos engalanados, almizcle en tu cuello,
luciérnagas carniceras, visillos en el atardecer mecidos por la brisa,
la torre majestuosa de fisterra bombeando estrellas.
Brea entre los dedos, desesperación impregnada del olor de miles de pinos,
entre abrazos y besos temblorosos,
velando tu sueño furtivo.
Un aeropuerto en un atardecer,
un amanecer en otra despedida ,
almas balanceandose en un cuerpo,
al son de la musica del tiovivo.
Recorridos/ Llegando a Madrid - Junio 2009
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