Odiseo

Mi realidad:
un personaje, una invención, un disfraz, mi locura encarnada en mil puntos inconclusos,
y los brillos de alegría de mi niñez, y la seguridad de que las ilusiones fabricadas y la rabia de lo que me envuelve,
eran solo una excusa.
Balanceo mis piernas en el muro de la dársena, y vuelvo a mirar aquella línea complicada, esperando partir.
Ahora las gotas saltan al suelo del baño,
losetas antiguas, blancas, descascarilladas,
desde el tobogán de tu pelo interrumpiendo la melodiosa cadencia del agua arremolinada sobre tu piel en la bañera.
Vuelvo a mirar tus líneas reposadas,
dulces paseos,
ojos y labios cerrados, sonrisa candente,
mis velas.

Cuadernos de la noche / Manzanares el real

Y al final queda la emoción, lo que siempre fuimos....hasta pronto Antonio

Se dejaba llevar- Antonio Vega

Marcha fúnebre para una marioneta - Charles Gounod

Como un recuerdo también a los inolvidables episodios de Alfred Hitchcock y a un niño despierto al amanecer de primaveras cargadas de olores a lluvia, recordando aquella musica.

Y tú...

Y tu...
desmadejando los cabellos de la luna,
peligrosa y coqueta.
Sonriendo, entre tierna y salvaje,
mundos paralelos enlazados por hojas de abedul.
Suaves y agitados sueños,
y tu ..
anunciando con tu mirada tranquila
el inmediato deshielo de la noche.

Cuadernos de la noche / manzanares el real

TAIKO ,una forma de sentirse

Todo empezó el jueves, al ver intercalado entre piezas de teatro en japonés, una interpretación de TAIKO por una chica. Joven, menuda y enérgica, nos habló de una espiritualidad, de una relación con el cuerpo, con la alimentación,con los demás.

Un taiko (太鼓) literalmente "gran tambor", es un tambor japonés de un diámetro de 1,3 m, tocado con palillos de madera denominados bachi. También se refiere al relativamente reciente arte de ensamble musical de percusión taiko (en japonés, conocido como "kumi-daiko" ).

El taiko es empleado en muchos eventos festivos tradicionales de Japón, siendo en ocasiones el centro de atracción, como en el Bon Odori, una danza tradicional. Debido a su gran peso los japoneses suelen dejarlo fijo en un sitio (pasa lo mismo con el piano), para no tener que llevarlo con gran esfuerzo a otro lugar. Su peso oscila entre los 295 y 310 kilogramos. Ambos extremos están cubiertos por membranas, pero solo se percute de un lado con un grueso par de mazos de madera.
Para disfrutar...