2.08.2008

Lumière

Besé sus labios rojos,
rojos,
carmín de ocupación, ruidos de blindados,
banderas de victoria.
Abracé sus libros,
y uno amarillento de Boris Vian, me alcanzó,
en su cajón,
pegado a la epidermis del Sena.
Ella.
Setenta años más tarde,
sonríe intentando
enamorarme,
con su mirada feliz, de nuevo...
nuevo, ¿ recuerdas ?
aquellas tardes,
tarde,
como ésta
en la que de nuevo me siento herido,
teníamos razon al morir,
morir,
de luz irisada,
levantando, saltando,
escaleras y murallas.
París en la garganta;
me hiere la luz, me marcan las aguas,
del Sena encendido,
en tus ojos curiosos que esperan.

Paris/ Augustins - Manzanares el Real 6 - 10 de Febrero de 2008

2.01.2008

Sucedió en Enero

Fue el azar que quiso que me fijara en él.
Le seguí por las instalaciones aquella mañana, mezclándonos entre los doce mil de la empresa en aquella hora, las ocho y cuarto.
Discretamente, le seguí hasta comprobar si depositaba su mochila en algún sitio.
Al rato, comprobé que salía del parking Este sin ella e, instintivamente, tomé mi móvil.
Con él en la oreja, y mirando hacia ningún sitio, interrumpí la llamada al tercer timbrazo, y lo volví a guardar; en unos minutos estaba frente a mi ordenador.
La mañana despuntaba y la llamé, para saber lo que se siente.
Respiré en lo inevitable, profundamente.

He guardado esto en mi móvil, a finales del mes de Enero de 2008.

Cuadernos de la noche